Lo que significa ser y tener una hermana
Ahorita estoy en mi último año de universidad en Estados Unidos, y aunque siento que debería de estar enfocada en disfrutar al máximo a mis amistades de acá, he estado pensando muchísimo en mis hermanas. En medio de tanto caos y tanto ruido de este último año, me sorprende que el sentimiento que más me acompaña es la nostalgia de no estar cerca, o el duelo de extrañar a una versión de nosotras que, de cierta manera, ya no existe.
Para dar un poco de contexto, tengo veintiuno, casi veintidos, y soy la más grande de cuatro. Tengo dos hermanas, Eva y Andrea, que tienen veinte y quince años, respectivamente, y un hermano, Daniel, que tiene dieciseis. Y aunque adoro a mi hermano, quiero reflexionar más sobre lo que, para mí, significa tener hermanas.
Creo que el catalizador de toda esta reflexión fue que, hace poco, Andrea escribió una reflexión para la revista de su colegio sobre su vida estando en Monterrey mientras Eva y yo estudiamos fuera. Cuando Eva me marcó a enseñarme, nuestra primera reacción fue empezar a llorar. Andrea escribió sobre lo que es extrañarnos: A veces escucho sus voces en mi cabeza, recordándome que el crecimiento viene de la comprensión, la paciencia y de elegir la bondad cuando no es el camino más fácil. Ahora, cuando regresan de la universidad valoro nuestro tiempo más que nunca. Ya no doy por hecho su presencia, porque sé cómo se siente extrañarlas.
Sentí demasiada culpa al darme cuenta que, como hermana grande, no estoy ahí con ella. La realidad es que, a menos de que alguna de las dos haga el esfuerzo de marcarle a la otra, no voy a saber lo que este pasando en su vida. Siendo la mayor, tuve el privilegio y el regalo de verlas crecer, pero nunca había pausado a reflexionar sobre cómo se sentiría ese cambio tan drástico para Andrea, siendo la más chiquita. Sin embargo, creo que eso es lo más especial sobre la relación que tienes con una hermana. Que, sin importar cuánto tiempo pase, o dónde esten, lo cambia todo, pero nada cambia. No existen otras personas con las cuales puedes pelearte porque usaron tu ropa, pero ir por un café juntas cinco minutos después.
Puedes leer mil libros sobre lo que significa tener una hermana, pero es una relación que solo se entiende viviéndola. Es ser testigo de la vida de alguien desde el inicio, y, si Dios quiere, hasta el final. Es compartir risas que nadie más entiende y conversaciones difíciles que nadie más escucha. Con el tiempo que he estado fuera, me he dado cuenta de que mi hogar son mis hermanas. Cualquiera que me conoce, las conoce a ellas. Tener hermanas es el regalo más grande que me ha dado la vida. Creo que a veces batallamos diciéndole aquellas palabras a las personas que queremos, y es por eso que las escribo aquí.
A mis hermanas, gracias por ese regalo.