Mártir!: leer a Kaveh es mirar al abismo con una sonrisa...
Hay libros que intentan decirlo todo. Mártir! no lo intenta, lo logra. Es una novela que no teme tocar los temas más íntimos ni las heridas más hondas. Tuve el privilegio de escuchar a Kaveh Akbar en persona cuando visitó la Universidad de Notre Dame. Fue una charla tan inesperadamente graciosa como profundamente honesta. Duró cerca de hora y media y mantuvo al público entre risas y silencios atentos. Escuchar a mi profesor dialogar con él sobre el libro, el proceso creativo, y el martirio como idea y obsesión fue un verdadero privilegio. Sobre todo porque, según sus propias palabras, un 85% del libro es él. Lo que significa que, al leerlo, uno no solo conoce a Cyrus Shams, el protagonista, sino también a Kaveh Akbar.
Poeta antes que novelista, Kaveh Akbar es conocido por sus libros de poesía Calling a Wolf a Wolf y Pilgrim Bell. Mártir! es su debut en la narrativa de largo aliento, y se nota: la prosa tiene ritmo, musicalidad, textura. La estructura es fluida, experimental. El lenguaje simbólico atraviesa cada página como un hilo invisible. No es simplemente una novela escrita por un poeta; es una novela que solo un poeta podría haber escrito.
La historia sigue a Cyrus Shams, un hombre iraní-estadounidense que vive atrapado entre el duelo, la adicción, y una necesidad apremiante de encontrar sentido a su vida a través de la noción del martirio. Desde niño, arrastra la pérdida de su madre, cuya muerte ocurrió cuando el vuelo en el que viajaba fue derribado por la Marina estadounidense, una tragedia real: el vuelo 655 de Iran Air. Una muerte injusta, rápida, y apenas reconocida. Ese vacío se convierte en su herida fundacional.
Cyrus, entonces, se obsesiona. Tiene una personalidad naturalmente adictiva, y transforma esa inclinación en una búsqueda espiritual, casi teológica. Le asusta morir sin que su vida haya significado algo. Teme desaparecer sin haber dejado rastro. Y ese temor lo lanza a una búsqueda oscura y luminosa a la vez: ¿Qué significa morir con honor? ¿Cómo se vive con una pregunta así?
A su alrededor orbita un elenco fascinante: el fantasma de su madre, Orkideh; Jahan, su amigo y amante intermitente; Yahia, un escultor iraquí. Cada uno lo confronta con partes de sí mismo que preferiría no mirar. Y ahí está lo más valiente del libro: no rehúye ni el dolor ni la ternura. Kaveh Akbar tiene el coraje de hablar de las cosas que realmente duelen.
Lo notable es que lo hace sin sentimentalismo. La novela trata temas duros: alcoholismo, drogas, insomnio, sueños, identidad queer, poesía estancada; pero nunca se hunde en el drama. Lo que más me conmovió como lectora fue su tristeza, que no es superficial ni episódica, sino existencial. Una tristeza que da miedo. Una tristeza suicida. Y, sin embargo, profundamente humana.
Narrada en tercera persona omnisciente, Mártir! permite al lector un acceso a la conciencia de todos los personajes, incluso a los rincones que el propio Cyrus desconoce. Esa elección narrativa genera una intimidad poderosa. Uno siente que entra a un espacio sagrado, que se le permite habitar la fragilidad del otro sin filtros ni cortinas.
La estructura del libro también merece mención aparte. No sigue una línea recta. Hay poemas bellísimos, hay cambios de perspectiva, y hay capítulos oníricos que suceden en sueños. No, no son irrelevantes. Kaveh lo dijo en la charla: los sueños son tan importantes como la vida despierta. O más. Saltarte esos capítulos sería perderte no solo parte del argumento, sino una clave esencial para entender el humor del libro (que sí, lo tiene) y la profundidad emocional de los personajes.
Confieso que en mi primera lectura no entendí el humor. Pensé: “¿Seré demasiado seria para captar los chistes?” Pero al releerlo, con un mejor sentido de la complejidad del texto, me di cuenta de que tiene un humor oscuro, del tipo que de alguna forma hace sentido. Y eso te conecta con la oscuridad del personaje, porque te estás riendo con él. Y eso, para mí, fue poderosísimo. La escritura me dejó marcada. Tiene un equilibrio perfecto entre gravedad y ligereza. Y eso importa. Porque cuando uno se embarca en una novela tan densa, lo último que quiere es cargar con un tono aplastante de principio a fin. Kaveh encuentra la medida justa, como quien sabe que lo triste también puede ser bello, y que lo bello, a veces, puede hacerte reír.
Sin duda, es uno de los mejores libros que he leído este año. Si te atrae la ficción literaria que desafía las formas, si te interesan las historias sobre migración, fe, duelo, deseo, adicción y redención… Mártir! es para ti.
Y si lo lees, léelo de nuevo. Porque la segunda vez te vas a dar cuenta de que Kaveh está ahí mismo, al lado tuyo, contándote un chiste oscuro mientras te invita a mirar las partes más profundas del alma humana.